«Di primero lo que la gente quiere oír…Ya habrá tiempo para decir, la verdad».

Haciendo zapping en la tele, oí la frase que he puesto en el titular.

Era una película americana de trama política que estaba terminando. Cambié de canal… pero me quedé con la frase de uno de los personajes, repantingado en su despacho, hablando con su ayudante: -«Di primero lo que la gente quiere oír… Ya habrá tiempo para decir la verdad».

Estas cosas ya no son de la política «made in USA». También aquí se utilizan los mismos subterfugios, las mismas estrategias, las mismas formas de comunicación.

Para muestra, lo que estamos viviendo estos días con los recortes del gasto público, de los salarios de funcionarios, de las pensiones…

-«No… Si es que yo esto lo veía venir. ¡Nos han tenido engañados todo este tiempo! Estábamos a punto de salir de la crisis, todo iba muy bien… ¡Y mira!»

Hace falta ser inocente para no admitir que el concepto de VERDAD es hoy algo variable, amoldable, manipulable, interpretable…

-«¿Jura usted decir la verdad, sólo la verdad y nada más que la verdad?»

Y… ¿qué verdad quiere que le diga?

La verdad es hoy un valor de conveniencia.

Puede ser un tema de discusión pero creo que lo evidente no es muy discutible y ésta es una evidencia constatada en nuestra vida. En todos los estamentos y situaciones.

Para «ilustrar» lo que afirmo me voy a limitar a reproducir unos párrafos del libro de Ayn Rand «La rebelión de Atlas». Proceden de un diálogo entre un científico y una mujer empresaria.

Empresaria: -«Estamos tratando un asunto científico».

Científico: -«¿Científico? ¿No estará usted confundiendo los términos? Sólo en el reino de la ciencia pura, la verdad es un criterio absoluto, pero la ciencia aplicada y la tecnología están relacionadas con gente. Y cuando se trata con el público, intervienen consideraciones al margen de la verdad.»

Empresaria: -«Aceptaron su declaración, pero es una mentira».

Científico: -«¿Cómo es posible manejarse con la verdad cuando se trata de la gente? Las cuestiones relacionadas con la verdad no guardan relación con los asuntos sociales.

Empresaria: -«Entonces, ¿qué guía las acciones humanas?»

Científico: -«Las necesidades del momento, respondió el doctor encogiéndose de hombros»… «Así es la vida social. Alguien ha de sacrificarse, a veces injustamente, pero no existe otro modo de vivir en sociedad. ¿Qué se puede hacer?»

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5 comentarios

  1. Hola a todos,

    me gustaría poder participar del post de Juanjo a quien felicito. Siempre que hablamos de algo «peligroso» o de algo «amenazante» nos aferramos a las interpretaciones o a lo social. Y creo que así lo hacemos porque cada uno tiene una verdad dentro de si; o bien aquella que le gustaría o normalmente aquella que le conviene en cada momento.
    Pero dejadme que haga una reflexión sobre la verdad en la política. La política nace como una manera de apoyar, organizar y facilitar la vida en una ciudad.
    Hoy en día el desarrollo de nuestra sociedad la política es GESTIÓN en base a unos ideales pero, al fin y al cabo, GESTIÓN de recursos para, al igual que al principio, organizar, apoyar y facilitar ( mejorar) la vida en una poli, o país.
    Todo esto me lleva a decir que en la política tiene muchas verdades según los momentos pero debemos tener una verdad, la verdad de la lógica y de la gestión.

    Es cierto que hay prioridades y que en función de unos ideales, lo importante para unos lo es menos para otros, pero al final, no dejemos de pensar que sobre la base de organizar, mejorar y facilitar, la gestión solo nos lleva a una verdad.

    Quien dice la verdad? Todos? ninguno? ….

    Saludos

    Nacho

  2. Muchísimas gracias por vuestros comentarios llenos de sabiduría. Me han inspirado muchos pensamientos…. Pero creo que el mas importante es el de que la verdad, creo, es una AMENAZA y que, realmente, la gente no quiere saber la verdad. Por eso la hacemos tan adaptable al gusto de quien la recibe. Hay un momento decisivo de la verdad que es probablemente el más agresivo de todos:

    Cuando tenemos a una persona delante y en pleno fragor de la discusión le apuntamos con el dedo como si fuéramos a dispararle a su corazón y le decimos: «¡¿Quieres que te diga la verdad?!» Entonces la verdad se puede convertir en una bala que mata. Por eso suele ser mejor ahorramos algunas verdades….

  3. Hola, Soy Patricia y me gustaría debatir sobre el fantástico post de Juanjo. Me quedé reflexionando acerca del total del post y el concepto «verdad». Me ha llamado mucho la atención la conversación entre el científico y la empresaria y me ha sorprendido que fuera, precisamente, la figura del científico quien introdujera la reflexión acerca de «lo social».
    En mi opinión, la «verdad» es un concepto interpretable, maleable y manipulable. ¿Que es la verdad? En mi opinión, es algo distinto para cada uno de nosotros. No interpretamos de igual modo las palabras ni sus significados y por tanto es subjetivo. Ahora bien, ¿existe la verdad? Yo diría que existe una para cada uno de nosotros según las lentes que llevemos puestas. Acorde a nuestra forma de estar en la vida, veremos las cosas que ocurren en nosotros mismos y a nuestro alrededor de un modo u otro y es a partir de ahí que hacemos y decimos. Al margen de todo ello es que, verdad o no, hay cosas que son lo que son. ¿Es una manipulación el tratar de convencer al otro utilizando argumentos a medias tintas solo para que acepten nuestros argumentos? Sin dudarlo, si. Eso sencillamente es -verdad o no.
    Creo que en política al igual que en otros quehaceres cotidianos de la vida, los humanos tenemos la necesidad de reconocimiento y apoyo del otro y para ello manipulamos y mostramos aquella realidad que el otro espera oír, solo para obtener un beneficio propio. No hemos aprendido, todavía, a ser nosotros mismos, al margen de lo que digan y piensen los demás, ni a «querernos y respetarnos» por aquello que somos, ni a respetar lo que el otro es, piensa, dice y hace simplemente como una aceptación de que cada uno es lo que es y está donde está. No hemos aprendido que se puede vivir en un mundo plural y diverso, aceptando y respetando que el otro quiera vivir de una forma distinta a la nuestra ni que para que las cosas se den no es necesario el control ni la manipulación porque al final las experiencias son aprendizajes para todos. Y, si, todavía no hemos aprendido a que las soluciones están en nosotros mismos y no en lo que hay fuera. Por ello, nuestra actitud es una y no otra lo que nos lleva a querer alcanzar nuestros propios intereses a toda costa sin tener en cuenta de que aquello que decimos y hacemos tiene unas consecuencias.
    No estamos dispuestos a aceptar nuestra propia responsabilidad ni a acarrear con las consecuencias de nuestros actos porque, al final, tenemos miedo y nos conformamos con el placer de lo obtenido, al margen de todo. Y así, seguimos caminando.. a ciegas.. y creando una realidad que nos ha llevado donde ahora nos encontramos: Un caos, político, social, económico, financiero, medioambiental, de valores.. que debe darse para aprender que, nuestra forma de hacer negocios, política, impartir formación, crear relaciones, ser padre, madre, hermano o cuñado, no da más de sí y que, o nos planteamos nuestra forma de estar o, tal y como estamos viviendo, la transformación y el cambio – queramos o no- se da para poder restablecer el equilibrio, el despertar de una nueva consciencia y la integración del concepto «responsabilidad individual» en nuestras vidas.
    ¿La verdad es hoy un valor de conveniencia? No es. Sin embargo manipulamos el concepto verdad para nuestra propia conveniencia.

  4. No espero la verdad de la gente, espero honestidad. Todos nos podemos interpretar y equivocar, pero lo que espero al menos en la empresa es que no se manipulen u oculten cosas intencionadamente. Lamentablemente no todo el mundo opina como yo, y más aún en la política. Cuanto más político es un cargo en la empresa más se tiende a esta manipulación.

    Sin embargo creo que la honestidad ‘paga a largo plazo’. ¿Por qué lo digo? Pues precisamente porque si miras la política, la sociedad tiende quitar credibilidad a los políticos a medida que van hablando. No creo que la pérdida de confianza sea porque los políticos mientan y les pillen, sino porque ya no se fía de su buena fé, de su honestidad. Obama puede ser un buen ejemplo hasta que interprete y manipule.

    Lo dicho, la honestidad paga a largo plazo en mi opinión. Creemos a la gente en quien confiamos, y eso se gana día a día.

  5. querido Juanjo. Creo, que este, como otros temas que te atreves a abordar en tu maravilloso blog, es como bien dices, digno de discusión. Cuando quieras te ‘reto’ a que hablamos y dialoguemos sobre el mismo.

    Mi opinión es que la relatividad de la verdad es una falacia más de la manipulación actual, y voy más allá: falacia, bastante peligrosa para nosotros mismos que lleva entre otras cosas a que no exista organización social: si cada persona o grupo puede asar su comportamiento en aquello que ha evaluado como correcto (aun cuando no lo sea para los demás), ¿como hacer coexistir una guía de comportamiento? a mí me causa cierto vértigo cuando, en grupos de amigos, discutiendo sobre un tema en donde se discrepa bastante, ya no se quiere profundizar y entre todos llegar a una conclusión lógica y ética…y se suele concluir con un: bueno, esa es mi verdad como frase de consenso, en lugar de como digo, intentar entre todos localizar y encontrar lo más correcto.

    Y entre los muchos temas que tu post conlleva, está la imposibilidad de la relatividad en la historia: hay hechos que han pasado que no son malos? se adapta la realidad a la verdad de cada individuo? ah! ya entiendo: creemos que No hay verdad absoluta excepto en la verdad de que no hay verdad absoluta?. desde luego, el que no desee conocer la verdad, es muy difícil que la descubra.
    a tu disposición para hablar sobre este tema tan apasionante.

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