¿Cuántas personas no alcanzan hoy unos derechos fundamentales? ¿Qué pasa en esta sociedad?

Estados Unidos y el mundo, padecieron, desde la Gran Depresión del 29 hasta finalizada la Segunda Guerra Mundial, «su hora más crítica». Así definió esa época de la Historia el Presidente Franklin Delano Roosevelt (1882-1945)

Quince años terribles para la economía y para la gente.

Después de tanto sufrimiento Roosevelt sintió que la «Revolución Americana» no estaba concluida.

-«Es necesario -decía- impulsar una nueva era de esperanza»

-«Deberíamos  añadir nuevos Derechos que incluyan la seguridad económica y el poder disfrutar de una vida confortable.»

Roosevelt formuló su propuesta en lo que se denominó «The second bill of rights» como una segunda declaración de Derechos a añadir a la Constitución.  

Aquí están las palabras de Roosevelt pronunciadas el 11de enero de 1944 en lo que algunos expertos señalan como «el mejor discurso de un presidente de los Estados Unidos en el siglo XX»

  http://www.youtube.com/watch?v=fg6GbiLtBdw&feature=related 

Estos son los 8 Derechos que incluye.

1- Derecho a un trabajo útil y remunerado en las industrias, comercios, granjas o minas de la nación.
2- Derecho a un ingreso suficiente para proveer a una adecuada alimentación, vestuario y recreación.
3- Derecho de todo productor agrícola a cultivar y vender sus productos y a obtener un retorno que le permita a él y a su familia una vida decente.
4- Derecho de todo comerciante, grande o pequeño, a comerciar, en lo interno y lo externo, en una atmósfera libre de toda competencia injusta o dominada por monopolios.
5- Derecho de toda familia a una casa decente
6- Derecho a un cuidado médico adecuado y a la oportunidad de lograr y disfrutar de buena salud.
7- Derecho a la adecuada protección frente a los temores económicos provenientes de de la edad, la enfermedad, los accidentes o el desempleo.
8- Derecho a una buena educación.

La propuesta de Roosevelt revolucionaba la idea de los Derechos sociales. Tuvo una repercusión universal pero jamás fue aprobada por el Congreso de los Estados Unidos.

Roosvelt murió un año más tarde. No pudo ver el final de la Guerra Mundial ni luchar para conseguir su sueño de ver promulgados esos Derechos. 

¿Lo habría logrado de haber vivido unos años más…? Con toda seguridad hubiera cambiado la vida de los norteamericanos y también la del Mundo.   

Hoy algunos de esos Derechos, recogidos en las Constituciones de muchos países «civilizados», los consideramos fundamentales pero resultan inalcanzables para millones de seres humanos. 

Muchos de ellos viven junto a nosotros, pero la sociedad en general y los políticos en particular no tienen tiempo de ocuparnos de ellos… ¡Hay tantas cosas que hacer!

Y continuamos impasibles nuestro camino mirando, a veces, hacia otro lado.

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