El «empoderamiento» de la MUJER ¡El gran movimiento mundial YA!

Michelle Bachelet

Hoy, 30 de mayo, visita España Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile (2006-2010), actual directora de «ONU mujeres» y un punto de mira en el impulso de los Derechos de la mujer.

¡Hay que seguir la pista de la señora Bachelet!

Su empeño es dar a la mujer del siglo XXI lo que ella llama el “empoderamiento”, el poder y la relevancia que el Mundo necesita para progresar.

Dentro de la iniciativa “Encuentros POR”, Iñaki Gabilondo entrevistará a Michelle Bachelet en el Museo Reina Sofia (www.CadenaSer.com 7pm)

El 50% de la población mundial lo forman las mujeres pero su papel para ayudar a regir los destinos del Planeta es todavía muy pequeño.

Dice la señora Bachelet:

«No llegan al 10% las mujeres que están al frente de alguno de los gobiernos miembros de la ONU: sólo 19 mujeres en 192 países…»

Poniendo la mirada en tantos y tantos lugares de la Tierra, remotos unos y otros no tanto, las cifras de de mujer integrada en la vida política, social y profesional quedan minimizadas.

La revista YO DONA, en su número 317 del sábado 28 de mayo que incluye EL MUNDO, publica una interesantísima entrevista a Michelle Bachelet realizada por Carlos Fresneda en Nueva York. (Ver también vídeo)

¡Recomiendo su lectura íntegra! pero no me resisto a extraer aquí algunos pasajes:

«Creo que las mujeres siempre buscamos generar respuestas donde todas las partes salgan beneficiadas… Y por mucho que digan que nos dejemos llevar por las emociones yo viví situaciones de tensión profunda en los hombres y, sin embargo, vi a las mujeres más calmadas y menos proclives a ser dominadas por la rabia”

Y formula esta contundente afirmación:  

«A la hora de intervenir, ellas son capaces de hacerlo de una manera clara y contundente, pero tranquila. Mi experiencia es limitada, ya digo, pero tengo la impresión de que con más féminas en el poder el mundo sería más pacífico»

Datos dramáticos que describe en la entrevista la señora Bachelet:

» Cuando uno lee que el 70% de los pobres son mujeres y niñas, está claro que nos enfrentamos a un problema fundamental…
Francamente es inaceptable que sigan muriendo cada año 358.000 mujeres por falta de atención sanitaria…»

Continúa la señora Bachetet:

«La trata de personas es el tercer negocio ilícito del planeta tras el trafico de dogas y el de armas. Por eso es tan difícil de erradicar porque hay grandes intereses económicos. Y, de nuevo, el 70% o incluso el 80% de las víctimas de explotación sexual y laboral son mujeres y niños…»

En el último párrafo de la entrevista, Carlos Fresneda le pregunta a la señora Bachelet:

» ¿Qué puede hacer cada mujer para cambiar el mundo en su parcela?»

«Organizarse es la clave. Crear redes de apoyo y de «empoderamiento»: mujeres empresarias ayudando a jóvenes emprendedoras, mujeres profesionales tendiendo una mano a mujeres estudiantes. La tecnología es nuestra gran aliada y nos va a servir para que esas redes tengan un efecto multiplicador…y hacer un país o un Mundo distinto»

El día 6 de junio dará sus primeros pasos una nueva red internacional de mujeres profesionales, Womenalia.com. Sus objetivos coincidirán con la visión que traza Michelle Bachelet sobre el «empoderamiento» de la mujer.

Si ELLAS ayudan a llevar el volante de este atormentado Planeta nos conducirán con más seguridad y sosiego a un destino mejor. ¡Es una de mis pocas certezas!

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Oriente es “femenino”. Occidente, “masculino”.

Impactado por el cataclismo de Japón y por la actitud de los japoneses ante la calamidad, vuelvo hoy al pensamiento de Eduardo Adsuara (Ver post http://bit.ly/ec3iJR).

¿Por qué son así?

Explicaba Adsuara que entre Oriente y Occidente hay profundas raíces culturales que hacen nuestros comportamientos muy diferentes.

Carmen Rigalt en su artículo de El Mundo (domingo, 20 de marzo – “Los últimos días de Pompeya”), dibuja un emocionado retrato del alma japonesa:

“Japón llora hacia dentro.

 Estos días nos hemos hipnotizado viendo cómo algunos ciudadanos interpretaban escenas místicas apostados a orillas de la catástrofe. Para ellos, llorar era una forma de rezar.

Los japoneses lo hacen en silencio, con los ojos secos y el alma abierta como un nenúfar. Son gente contraída, educada para el pudor, gente que habla del respeto a los mayores y sonríe con boca quieta.

La lección que estos días nos ha negado el progreso la hemos recibido de esos hombrecillos que ahora inclinan la cabeza ante el paisaje de la catástrofe.

Es muy difícil descifrar las claves del alma japonesa sin aplicar términos como disciplina, resignación, autocontrol.

El mismo pueblo que inmolaba a sus soldados (kamikazes) en la II Guerra Mundial, hoy ofrece al mundo estampas de santos laicos que viven su dolor en éxtasis.

Aquí, junto al Mediterráneo, las lágrimas han sido siempre un espectáculo público.”

Decía Adsuara: «Oriente y Occidente son dos maneras de entender la existencia. Como personas y como pueblos. Son dos formas de vivir, de comprender y de actuar».

“Así como el hombre usa su inteligencia de forma “visual” (a través de la razón) y la mujer de forma «auditiva» (a través de la intuición) de la misma manera Oriente es «femenino», es madre, es alma, es afectiva y profunda y Occidente, por el contrario, es «masculino», es padre, espíritu razonador, es mental y lógico.”

Las civilizaciones a lo largo de la historia han sido también “femeninas” o “masculinas”. Por ejemplo, el pueblo judío fue un pueblo «alma», místico, íntimo, femenino y el pueblo griego fue un pueblo «razón», lógico, mental, social, masculino. Por eso el drama de la existencia humana es un «enfrentamiento» permanente entre esas dos formas de afirmarse.

Es como en tantas parejas en las que hombre y mujer conviven pero sin comprenderse o aceptarse del todo…

La lección que nos dan estos días los japoneses es difícil de aprender en Occidente porque es difícil dejar de ser lo que somos. Podemos admirarles, pero no copiar su “modo de ser” y su “modo de estar” en la vida. Y ellos lo mismo, aunque en Japón o Corea se practiquen operaciones de estética para conseguir rasgos más occidentales…

Si algún día, improbable, se produjera un «Mestizaje» Global entre Oriente y Occidente, ¿sería este Planeta más convivible?

¡Qué pregunta!

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Si las mujeres fueran curas… ¿lo harían mejor?

Después de hacer la primera comunión fui monaguillo. En aquellos tiempos se celebraba la misa de espalda a los feligreses y en latín.

Al contrario que en la católica en algunas iglesias cristianas de Inglaterra, USA.... las mujeres pueden ser sacerdotes e incluso obispos. Reverenda Ulla Momberg

– «Introibo ad altare Dei», decía el cura.

– «Ad Deum qui laetificat juventuten meam.» respondía yo sin tener ni idea del significado de aquellas palabras.

¡Ojo que esto no ocurría en tiempos de las catacumbas! ¡Ya existía la televisión!

Todo aquello daba a las ceremonias eclesiásticas un carácter mágico. Eran tiempos oscuros y la gente necesitaba buscar valores superiores. Creer.

Y llegó un gran cambio a partir del Concilio Vaticano II, convocado por el Papa Juan XXIII, que finalizó en 1965.

Las iglesias se reformaron. Pusieron el altar en medio del ábside y al sacerdote mirando de frente a los fieles. La misa y los rezos se empezaron a hacer en castellano, o en catalán, o en euskera, francés, italiano…

¡Qué gran impacto! Pero desde entonces casi todo en la Iglesia ha permanecido inmutable.

Probablemente sufran un inmovilismo parecido el islamismo, el budismo… y otras religiones.

¿Cuál es la razón de que, en un mundo que cambia tan vertiginosamente, haya cosas como la Iglesia católica que permanezcan inmutable? ¿Es por conformismo? ¿Es debido a una estrategia claramente elegida?

Ayer asistí a un funeral y salí deprimido. Y no por el muerto ¡sino por observar a los vivos!

Los cinco ancianos sacerdotes que oficiaban lo hacían con su mejor intención pero se percibía en ellos, rutina, reiteración, falta de convicción, tedio, lejanía… Parecían hombres con las fuerzas agotadas y el espíritu exhausto.

Si no emites pasión, en el oficio de cura y en cualquier otro, estás acabado.

La misión de la Iglesia, desde que San Pedro la fundó, es trasladar al Mundo el mensaje que le encargó Jesús pero para que ese mensaje llegue, debe reponer a sus mensajeros.

¿Cuántos años le llevaría a la Iglesia una evolución que le sirva para conectar con el siglo XXI? Probablemente, una vida.

Imagino que la Iglesia de Europa nada tiene que ver con la de África, Sudamérica, o Asia… Pero la IGLESIA ha sido la primera «multinacional» de la Historia, y para seguir siendo global, debe adaptarse a circunstancias sociales, morales y tecnológicas, profundamente distintas.

Tiene que parecerse más a la sociedad real y esa sociedad, entre otras cosas, ha dado paso a la MUJER en toda su plenitud. La Iglesia católica no puede dejar ese tema eternamente de lado.

La gran palanca que puede remover a la Iglesia de su conformismo es la Mujer. Por su versatilidad, su capacidad de adaptación, su iniciativa, su persistencia, su fortaleza, su cercanía con lo real y su energía impulsora.

¿A quién le corresponderá ponerse al frente de esa revolución? ¿Qué Papa asumirá ese liderazgo?

La mujer va a cambiar el Mundo. Es un hecho. Si grandes estructuras como la Iglesia católica no lo asumen… Quizás «inventen» ellas otra Iglesia. ¡Yo me apuntaría!

Seguro que conseguirían hasta el apoyo del mismo Dios…

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