¡DESNÚDESE!

Lo suelen decir los médicos después de contarles dónde te duele.

-«Desnúdese».

Da cierto pudor recibir esa orden, por muy doctor o doctora que sea quien la dé. O por muchas playas nudistas que haya uno, o una, frecuentado.

Sensación parecida puede producirse al pasar por el arco de seguridad en un aeropuerto:

-«¡Quítese los zapatos, el cinturón, el reloj, las pulseras… También esa chaqueta con cremallera… ¿Lleva algo metálico? A ver: dese usted la vuelta».

Y empiezan a palparte. Con guantes de látex.

Es comprensible que nuestra intimidad se sienta un poco agredida. Algunas personas lo aceptan mal. Y discuten y se enfadan. Sobre todo las mujeres que son las que, con más frecuencia, sufren el trance.

Bien. Pero, lo interesante se produce después de que el guardia de seguridad dice «pase» y la gente recoge las bandejas que han pasado por el scanner.

¡He aquí un curioso momento en el que se comprueba la hermosa y eterna diferencia entre el género femenino y masculino!

El hombre es zafio vistiéndose de nuevo. La mujer lo hace con cuidado y sensualidad. Se agacha graciosamente para cerrar la cremallera de sus botas. Ata su cinturón subiendo los hombros y dando relieve a sus formas. Vuelve a ponerse la chaqueta como sintiendo que alguien la está mirando. Levanta su trolley y tira de él diciendo con el movimiento de su cuerpo “soy una mujer ¿lo veis?”

Ignacio Díaz de Rada, periodista visionario, decía en los años 70 «la mujer es el hombre del futuro». Pese a lo que anticipaba con esa afirmación, la mujer nunca perderá ese «eterno femenino» que la hace MUJER.

Aunque los estudios más recientes y la realidad cotidiana demuestren que su capacidad es superior a la del hombre.

Hace ahora casi un siglo que la mujer, en España, pudo entrar en la Universidad y ya son más del 50% los universitarios que son mujeres.

Mara Diersen, 48 años, neurobióloga e investigadora del Centro de Regulación Genómica de Barcelona, dice en una entrevista que «en la ciencia, ellos aún, tienen el poder de decidir…» Pero más del 40% de los investigadores son ya mujeres.

Realmente la mujer no es el hombre del futuro. Es la mujer REAL del presente. Con todos sus recursos para seguir siendo MUJER y, además, con la FUERZA que ya mueve y moverá, el Mundo.

Y, si no, al tiempo.

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¡Tu fuerza lo puede todo!

La fuerza motriz que llevamos dentro, la VOLUNTAD, lo puede todo.
Y somos nosotros mismos -¡o debemos serlo!- los impulsores de esa FUERZA que, al mismo tiempo, es la que puede ayudarnos a generar nuestra propia felicidad…

Hay algo que hay que tener muy clarito: la FELICIDAD la logramos sólo NOSOTROS ¡No nos la regalan! Realmente, en la vida, casi todo depende de NOSOTROS MISMOS. ¡No eches la culpa a nadie! La suerte puede, a veces, favorecernos, pero si confíamos solo en la suerte, ¡estamos arreglados!
La felicidad lograda con la fuerza de nuestra voluntad, con la fuerza de nuestra mente, es el combustible que moverá nuestra ENERGÍA.
Algunos de estos pensamientos los leía ayer en            «La rebelión de Atlas», una novela que me tiene enganchado como ningún otro libro lo había logrado desde hace tiempo.
Su autora, Ayn Rand, lo terminó de escribir en 1957
Ayn Rand es una autora poco conocida en España pero en los Estados Unidos es un icono de la literatura moderna. Sobresale por su defensa de la libertad y del individualismo.
Libro muy recomendable.
A lo largo de mi vida he aprendido que el PODER DE LA VOLUNTAD Y DE LA MENTE son el gran motor del ser humano. .
Me hubiera venido muy bien saberlo cuando era jovencito..Asi hubiera empezado a entrenar esos «músculos» mucho antes…
¡Todo está en nuestra mente!
Y la fuerza que lo mueve TODO y que nos puede ayudar también a conseguir eso que llamamos felicidad es, la voluntad.
Pero…¿la voluntad da la felicidad? ¿Cómo es eso?
Sí. la voluntad es un músculo que hay que entrenar. Y hay que hacerlo, para empezar, desde el control de las emociones, fortaleciendo nuestro «coeficiente de optimismo».
Nuestra mente funciona por VISUALIZACIONES y tenemos que ENTRÉNARLA para que «visualice» en positivo. ¿Cómo? APARTANDO las visiones negativas que, constantemente, tratan de apoderarse de nosotros.
En eso consiste el entrenamiento. Y para eso sirve también la voluntad: para buscar en nuestro interior lo positivo que hay en nuestra vida.
Si cambias la manera de MIRAR tu vida, tu vida cambiará.
Nuestra mente tiene tanto poder que, si la dejamos que se adentre en la negatividad, hará que nuestro cuerpo enferme. Creo que la mayoría de las personas conocemos esa experiencia.
¡Por eso es tan importante pegarse a gente positiva, gente que genere ilusión, alegría de vivir, ideas estimulantes!
Concluyendo: he aquí dos ideas que son VERDAD.
-Llegarás donde tu mente quiera llegar.
-Serás lo que tú crees que puedes ser.
¿Para conseguirlo?
Entrena cada día tu mente y el músculo de la voluntad con ejercicios de ACTIMENPO: Actitud Mental Positiva.
No es fácil y cuesta. Como todo. Pero es también cuestión de voluntad.

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