«En CCC creemos que el optimismo es la materia prima imprescindible para crear futuro»- Juanjo Azcárate. Entrevista en Corresponsables.

(03/06/2020. Medio de Responsabilidad Social Corporativa Corresponsables)

Entrevista con Juanjo Azcárate, Presidente de CCC Centro de Estudios Profesionales para hablar sobre las acciones que han llevado a cabo desde su entidad para hacer frente a la crisis provocada por el COVID-19 así como sobre su política de responsabilidad social corporativa y buenas prácticas en esta materia.


CCC se ha sumado al movimiento “Yo me quedo en casa” ¿Cuáles han sido las acciones que habéis puesto en marcha para ayudar a paliar los efectos de la crisis del COVID-19?

El primer efecto ha sido el teletrabajo, todos a casa. Desde el principio ya teníamos todo avanzado para que todo el mundo pudiese estar en su casa y  esto ha sido una experiencia extraordinaria en todos los sentidos. Hacemos continuamente encuentros virtuales y tiene gracia porque es la convivencia real en la vida real, de las personas que dejan un puesto de trabajo, un sitio fijo al que se tienen que trasladar todos los días, y están en casa con los niños que tienen que estudiar y se les oye por detrás, el bebé que llora, etc.

Toda esa convivencia a mí me hace mucha gracia y le da sentido a la vida y a todo esto que estamos padeciendo. Parece que estamos ya saliendo de esta situación y yo creo que llegará un punto en el que habrá una cierta convivencia entre el venir a trabajar a la oficina y el quedarse en casa. Eso es algo que vamos a ir poco a poco resolviéndolo para que, una vez comprobado que esto es posible, tratar de mantenerlo dentro de lo que se pueda. Es muy importante de todas formas el vernos las caras, el estar juntos, la convivencia sigue siendo importantísima. Ese ha sido el primer reto.

Además, desde CCC nos hemos sumado al movimiento “Yo me quedo en casa”Hemos conseguido que muchos de los profesores impartan clases gratuitas para los alumnos y para todas aquellas personas de cualquier tipo de condición que se quieran unir y así ofrecerles un entretenimiento y una formación.

La última clase a la que yo he asistido es la que impartió Carmen Posadas, que dirige una escuela que tenemos que se llama http://www.yoquieroescribir.com, donde, además de impartir la clase, estuvo contestando a todas las preguntas que se le hicieron allí y la interacción con todos los asistentes fue estupenda.

El hecho de sumarnos a este movimiento ha sido una gran experiencia en mi vida y ha contribuido a ayudar a las personas.

¿Cómo se marcan todas estas acciones de las que hablas dentro de la política de responsabilidad social de CCC?

No tenemos establecida una política concreta sobre esto. En realidad, en nuestros 81 años de historia siempre hemos tratado de ser responsables socialmente con las personas.

Tenemos una fundación, la Fundación Juan Morera, que lleva el nombre del fundador, que fue mi abuelo, y lo que hace es prestar ayuda a personas y alumnos que tienen necesidades concretas. Cada año dotamos esta ayuda con aproximadamente unos 200.000 euros. Nosotros somos un centro pequeño, aunque con un número considerable de alumnos cada año, y pensamos que a la gente hay que ayudarla cuando lo necesita. 
La formación forma parte del ADN de personas que para mí son distintas a las que se dejan llevar por la corriente, que flotan como un corcho en el agua. Estas no, estas reman a favor de su vida, de la vida de su familia. Todas esas personas que quieren aprender y mejorar a mí me entusiasman, le dan sentido a mi vida.

¿Qué importancia tiene para tu entidad la comunicación de todas estas acciones de responsabilidad social?

Tiene importancia, aunque tampoco hacemos una difusión de todo. Nosotros lo que tratamos es de inspirar a las personas a través de todas las historias los que han conseguido sus retos para que se contagie y genere en otras personas el sentimiento de querer copiar ese modelo. Eso es una forma de responsabilidad también inspirar a las personas.

¿Cuáles son los retos de futuro de CCC?

A lo largo de toda la vida, de estos 81 años, ha sido transformarnos y adecuarnos a las necesidades de una sociedad que evoluciona. Yo suelo representar esto en tres círculos que se aproximan uno al lado de otro y que en el centro, digamos, forman donde está el punto de la innovación y la oferta.

Uno de los círculos es la sociedad, tenemos que observar la sociedad, ¿Qué pasa en la sociedad que evoluciona? ¿Cómo cambian? ¿Qué pasa con las familias? ¿Cuáles son las relaciones padres e hijos? Todo ese tipo de cosas.

Luego hay que mirar las tendencias ¿Qué pasa con las tendencias? ¿Cómo disminuye la natalidad? ¿Como se sucede el mundo en las relaciones de las parejas? ¿Qué ocurre con los medios? ¿Cómo se activa la vida entre lo que está ocurriendo? Y eso, claro, se mezcla mucho con el otro circulo que es la tecnología. La tecnología nos ha cambiado todo y fijaos lo que está influyendo en esta época de confinamiento. Imaginaos lo que sería si no hubiese televisión, la radio, el video, internet y todo ese tipo de cosas qué aburrimiento sería la vida.  Creo que con todo esto nos estamos descubriendo a nosotros mismos también y vemos que encontramos soluciones a todo. Así somos los seres humanos.

¿Cómo será la enseñanza después del Covid-19? ¿Cómo va a cambiar?

La enseñanza es una fuerza inspiradora y necesaria en este tiempo y en todos los de la historia. Lo que estamos viendo es que lo que ya veníamos haciendo, que era la formación online, en este momento va a tener más desarrollo, va a tener más demanda. En Colombia, por ejemplo, nuestro director, que además es decano de la Universidad Sergio Arboleda, cuenta que están presenciando un fenómeno que no existía antes, que es la asistencia del 96% de los alumnos a las clases virtuales. Esto no ocurría en las clases presenciales por problemas de tiempo en desplazamientos, entre otras cosas. Entonces, en muchos casos, esta crisis también va a cambiar nuestra vida y la sociedad.

En lo demás, yo creo que todo se mueve a través de una palabra que para mí es fundamental: el optimismo. Tenemos que ser alegres, optimistas y mirar al futuro con esperanza. Yo suelo decir que el optimismo es la materia prima imprescindible para crear futuro. Si no tienes optimismo te quedas muerto.

Leer la entrevista en Corresponsables y escuchar el audio completo de la entrevista (Podcast): https://www.corresponsables.com/entrevistas/juanjo-azcarate-presidente-de-ccc-estudios-profesionales

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Hay gente que para salir adelante se queda en casa

El titular de este post responde a un anuncio publicado en 1983 por el Centro de Estudios CCC y que, casualmente ha caído ahora en mis manos. Este anuncio tuvo mucha relevancia y, como se puede comprobar, es un anticipo de hace 37 años de lo que hoy supone la formación online.

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El anuncio, pone de relieve también esa actitud de perseverancia, empeño, reto personal y pundonor que mueve a tantos miles de alumnos que han conseguido mejorar profesional y personalmente gracias a la enseñanza a distancia y que ahora lo hacen por medio de la formación on line.

El mismo anuncio, serviría hoy poniendo en la foto a un chico con un móvil, una tablet o un pc y haciendo un cambio en el texto: en vez de “abren un libro”, “acceden a su curso online”.

¡Sí! Hoy hay gente que, sin salir de casa, aprende una profesión, se saca un título de FP, un máster o, incluso, una carrera universitaria, gracias al e-learning.

¡La formación on line ya no hay quien la pare y cada día mejora y se hace más cercana! Es la versión actual de la enseñanza a distancia tradicional que la tecnología e Internet han puesto a nuestro alcance.

De hecho, es una solución para facilitarnos la vida en una sociedad en la que el tiempo se ha convertido en un bien escaso y una facilidad que nos permite traer a casa el centro de estudios sin tener que estar yendo y viniendo.

Mary, una estudiante californiana, me comentaba hace unas semanas: “Tener que recorrer cada día 50 kilómetro para ir a la universidad y escuchar al profesor en el aula me parece como de otros tiempos… ¡Si es que yo podría seguir esa clase en casa desde mi ordenador!”

Y añadía: “A la universidad habría que acudir para hacer trabajos en equipo, aunque también podríamos compartirlos por Internet… o ir a sesiones de networking con otros compañeros, o a debates, actividades de prácticas…”

Según el cristal con que se mire es posible que Mary tenga razón, aunque siempre habrá personas que necesiten la “presencialidad” para recibir el estímulo diario de estar con otros alumnos y con los profesores. O sea, vivir en el ecosistema formativo tradicional.

La formación on line está ayudando a que muchas personas que no tienen más remedio que compartir el estudio con el trabajo, o con la vida familiar, o porque su domicilio está muy alejado del centro de estudios… consigan una formación que, de otra manera, no alcanzarían.

Y siempre han existido autodidactas que, sin maestros, se buscan la vida para aprender un oficio o adquirir nuevos conocimientos.

Hoy en día en YouTube hay multitud de tutoriales que solucionan dudas o completan conocimientos. Están también los “Moocs”, cursos gratuitos y de corto recorrido a base de vídeos, test, y contenidos de autoaprendizaje.

Muchos alumnos buscan centros que impartan formación online pero en los que puedan alcanzar una titulación, un diploma que demuestre su formación. En esos centros, los profesores son la clave.

Profesores que sean mentores y tutores a la vez. Que sepan estar cuando el alumno los necesite, que le acompañen y al mismo tiempo le enseñen a seleccionar fuentes de información útiles en Internet para que no se pierdan en el océano de la información.

Entrega de diplomas a un grupo de alumnos en CCC Colombia

La formación es el gran motor que impulsa a las personas a progresar. Algunas se quedan ancladas renunciando a crecer mientras la vida, que no espera, les pasa por delante.

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“Parece muy sencillo….”

¿Cuál es la misión de una empresa? Crear algo que sea valioso para los clientes. Lo decía Peter F. Drucker.

En definitiva, eso se traduce en “crear clientes”, que es el sentido esencial de la existencia de una empresa.

Todas ellas, grandes o pequeñas, han sido también startups. Su desarrollo, su crecimiento, su permanencia… son consecuencia fundamental de saber crear clientes. Y mantenerlos. Sin eso, desaparecen. Así de sencillo; y así de difícil.

Los gustos de las personas cambian, como cambian las modas, las tendencias, la sociedad, los mercados, la tecnología, la competencia… Reaccionar a estos cambios no es suficiente porque puedes llegar a destiempo. Hay que tratar de anticiparse. O reinventarse. Aquí podíamos usar también esa palabra tan al uso: innovar. Pero daría para otro tema.

Lo esencial no es evidente para los ojos”, decía Saint-Exupéry en su libro “El Principito”. Lo esencial no es evidente ¡pero está ahí, latiendo, esperando que una mente atenta sienta ese latido!

Ahora se habla mucho de que el dato es el nuevo “oro negro”, del poder de la IA, de las futuras capacidades de los ordenadores cuánticos… ¡pero nada sustituye al escáner mental de un empresario, a su curiosidad activa, a su visión, a su capacidad de descubrir lo esencial, que es eso que comprarán los clientes.

Hay empresarios que saben escuchar el alma de la gente y de la sociedad y encuentran lo esencial que transforman en los valores que buscan los clientes.

He visto muchos proyectos llenos de coraje, de capacidad, de tecnología, de oportunidad aparente… Sin embargo, al preguntarle al emprendedor: ¿Cómo vas a conseguir los clientes…? La respuesta muchas veces es descorazonadora. O inexistente… Es la pregunta más difícil de responder y es imprescindible darle una respuesta consistente. Si no, puede significar el “on” o el “of” de un proyecto.

“Pasar de las Musas al Teatro”– como dijo Lope de Vega, el autor más prolífico y exitoso que han tenido la literatura y el teatro en “Siglo de Oro” español- es pasar de la inspiración, de la idea, ¡a la creación! A la creación de esa obra -o pensemos en ese “producto”- que permite colgar en la taquilla del teatro el letrero “no hay billetes”…

Steve Jobs decía que a la gente no le importan los detalles del producto. “Explícales cómo les cambiará su vida”. Eso es vender.

Un ejemplo es el gran slogan que permitió que el IPod original atrajera a millones de personas: “1000 canciones en su bolsillo”.

Así de sencillo. Y así de difícil: Encontrar el concepto comprensible que explique el beneficio para el cliente.

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