¡Los rusos invaden de nuevo Georgia!
Aquí está la noticia http://www.20minutos.es/noticia/651607/3/ difundida ayer, 14 de marzo.
Afortunadamente, surgía de la creación de una «realidad virtual» que contenía todos los elementos visuales y periodísticos para resultar CREIBLE del todo.
Después del desmentido, el país pasó de un escalofrío de horror a la ira de la indignación, con el coste humano añadido de una mujer muerta.
La película «La cortina de humo» (1997), dirigida por Barry Levinson e interpretada por Dustin Hoffman y Robert de Niro, relataba cómo, para desviar la atención de un acoso sexual que afecta al presidente de los Estados Unidos, un asesor inventa una guerra con Albania y la digitaliza, desarrollando un complejo entramado que convierte un hecho virtual en algo que pasa a la historia de América…
Orson Welles creó en 1938 un serial radiofónico que relataba un aterrizaje marciano en Nueva Jersey. Se emitió como noticia urgente y el pánico llegó hasta Nueva York. Welles se había inspirado en la novela «La guerra de los mundos», escrita en 1898 por Herbert George Wells.
Orson Welles tuvo que pedir disculpas pero el efecto de verosimilitud lo había logrado.
¿Amstrong puso realmente el pie en la luna en julio de 1969…?
¿Qué fue de las armas de destrucción masiva en Irak…?
¿Bin Laden es un invento…?
¿Tuvo Franco un doble que le sobrevivió, como cuenta la película de Antonio Mercero, «Espérame en el cielo» (1988)?
Decía mi amigo Eduardo Adsuara: -«Hay gente que tiene la mente tan pequeña que no les cabe la menor duda…»
Lo que pasa es que la tecnología y la comunicación pueden ahora hacer tan real lo virtual que cualquier cosa nos la podríamos creer casi «sin la menor duda»…
O, por el contrario, ¿ya no nos creemos casi nada, al tener la certeza de que lo virtual y lo real son confundibles?
En Facebook, y otras redes sociales, hay infinidad de «personajes virtuales», identidades falsas creadas para moverse por Internet observando, actuando, infiltrándose, suplantando…
-«Yo he creado ya diecisiete «avatares»…». Lo oía ayer en una conversación.
Sé, y sabemos todos, de empresas que crean esos perfiles para vender «ideas» en las redes sociales. Y, con intenciones distintas, algunas personas «viven» sus propias «second life»…
Sin entrar en la cuestión ética ni en otras profundidades, lo cierto es que la distancia que separa hoy la verdad de la mentira es tan sutil que, a veces, podíamos decir que lo virtual es más real que la vida misma.
Probablemente el único «reality» creíble que tenemos a mano sea el de Belén Esteban, dejando a parte el fotoshop de su operación de la revista «Semana»…
Por lo demás, hay que andarse con mucho cuidado. Y, hablando del mundo «virtual», no conviene fiarse más que de los amigos «reales e identificables» que tenemos en Linkedin, Xing, Twitter, Facebook…
¡Dejad siempre muy abiertas vuestras mentes para que os quepan todas las dudas, que uno ya no puede fiarse de nada!