Facebook te pregunta qué estás pensando, no qué estás haciendo…

– “Comiendo una paella.”

– “Metiendo a los niños en la cama.”

– “De compras con las amigas.”

– “De camino a Valencia y lloviendo.”

– “Desvelado…”

Ya hay expertos que anuncian la saturación de las redes sociales antes de que se hayan consolidado como soporte de publicidad. A la tele le llevó más de 20 años aburrirnos…

Yo, y no soy el único, empiezo a sentirme abrumado por el torrente de comunicación que diariamente tengo que gestionar en Facebook, Linkedin, Twitter…

La información útil que descubro es enorme… pero también la basura de mensajes sin sentido, sin interés, sin nada que decir… ¡Y pido perdón por si yo he cometido o cometo el mismo error!

Para no contribuir más a la generación de tanto desparrame quisiera, humildemente, escribir o retwittear cosas que puedan aportar algún interés social, económico, digital, innovador, tecnológico, humano, educativo… que ayuden a las personas a mejorar. ¡Ojalá lo consiga en una  gran parte de las ocasiones!

No sé a otras personas cuánto tiempo les ocupa cada día estar presentes y seguir lo que ocurre en las redes sociales. A mí, el recorrer los mensajes para separar el grano de la paja, me supone muchos, muchos minutos que tengo que quitar de alguna de mis actividades… o de los ratos de descanso… ¡Genera bastante stressss!

A lo que sacan de nosotros las tecnologías con el móvil, el portátil, el iPad… estirando nuestra vida profesional 365 días al año, ahora se han añadido las redes sociales que, por otra parte, son inevitables. Llega un momento en que tu mujer te dice:

– «¡Ya sólo te falta estar contestando emails con la Blackberry en el cine…!»

Escribir un mensaje bien estructurado, y más si sólo tiene 140 caracteres como en Twitter, no se puede hacer de cualquier manera y ¡allá va eso!

¿Es tan difícil ponerse en el lugar del que lo va a recibir o leer? Debe serlo…

Hay demasiadas cosas que le gustan a quien las emite o las sube a Facebook… Pero no es fácil siempre responder con un «me gusta» sincero…

En fin, que estaría bien que pensáramos en la “polución ambiental virtual” que podemos estar introduciendo en las redes sociales generando un inútil consumo de tiempo y corriendo el riesgo de hacerlas «cansinas»…

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¿Nadie te escucha?

twitter-facebook
¿Estás o no estás?

Creo que Facebook, Twitter… y muchas otras y desconocidas redes sociales, como Mail.ru, Vkontakte.ru… y vete a saber las de los más lejanos confines de la tierra, crecen y crecen porque su profunda esencia está basada en un sentimiento muy humano: la necesidad de que te escuchen.

Los psicólogos, los psiquiatras, los confesores, los coachers… son escuchadores profesionales. Curan escuchando.

Lograr que a uno le escuchen tiene su cosa. Resultar «interesante” de escuchar es un cóctel de sabiduría, inteligencia, originalidad, creatividad, expresividad, tono, timbre, volumen… y seducción. O quizás todo sea seducción.

A veces, cantar y tocar la guitarra es eficaz para atraer la atención… Pero sólo funciona en contados momentos.

Ahora Facebook, Twetter, Xing, Linkedin, etc., etc., han puesto a nuestra disposición millones de orejitas escuchadoras.

Las redes sociales se han convertido, en cierta manera, en terapeutas del «nadiemescucha.com».

Por primera vez millones de personas tienen ¡¡¡AUDIENCIA!!! Y, además, ¡¡¡RESPUESTAS!!!

A la sordera universal que padecemos, las redes sociales han hecho la gran aportación de permitirnos «decir» sabiendo que alguien «escucha».

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