¡El pasado no mueve molino!

A veces sentimos tentaciones de asomarnos a lo que el viento se llevó…

Pero la vida que fue se acabó. Tratar de replicar recuerdos no es saludable. Nos puede incitar a la melancolía y a sentir dolor por ciertos pasos perdidos. Importan las alegrías que podemos revivir ¡Incluso hasta para compartirlas mientras nos reimos! “¿Te acuerdas de aquel día… Jajajaja?”

Pero, por poner un ejemplo, hay amores que se quedaron atrás y son tema para canciones, baladas y hasta de óperas o zarzuelas. Unas veces reavivan recuerdos inolvidables y, otras, emociones que mejor olvidar…

-“Puedo escribir los versos más tristes esta noche…”, decía Pablo Neruda y nadie puede negar la belleza de sus versos.
-“Què reste-t-il de nos amours?” (¿Qué es lo que queda de nuestros amores…?) cantaba Charles Trenet en los 70.
-“Me cuesta tanto olvidarte…” canta Mecano.

Muchos hemos amado más de una vez y el recuerdo de esos amores lo llevamos guardado “en un rincón del alma”, como cantaba Alberto Cortez.

¡El AMOR es dulcificador, turbador, impulsor, removedor, explorador, latidor, apasionador, alegrador, entristecedor… ¡y siempre dador de algún sentido a nuestras vidas! Como ángel o como demonio. Es, además, protagonista en el Arte, la Historia, las Guerra y la Naturaleza viviente. Y en las madres, los hijos, las parejas… ¡y también en las mascotas, que son familia!

No es terapéutico entretenerse en el ayer. En nuestro ayer y en los demás ayeres. Sin entrar en más historias. Y como no solo de amor viven el hombre y la mujer, recordar otros pasados puede también retorcernos el alma y hacernos sufrir sin sentido: problemas familiares, laborales, fracasos en los negocios, herencias, engaños, ideologías, frustraciones…¡La lista podría ser interminable! 

Dar vueltas a recuerdos irremediables solo sirve para maltratarnos y amargarnos la vida pero no para arreglar nada…a no ser que buenos abogados puedan cambiar malos presagios. ¡Lo que importa es alimentar el alma de ilusiones y mañanas…Y de presentes aunque un presente se convierta instantáneamente en pasado…Sin ir más lejos.

Escribe en Google «sinónimos de la palabra pasado» verás qué sale:
antigüedad, ayer, lejano, pretérito, remoto, antiguo, añejo, ocurrido, maduro, ajado, estropeado, rancio…

Hay pasados cuyo recuerdo emociona. Y otros, mejor dejarlos correr…No sé si estarás de acuerdo porque, a veces, los sentimientos y las mentes de cada uno de nosotros difieren, algo muy respetable. La Historia es lo que ya sucedió. Para bien o para mal. Ahí queda. Algunos sistemas educativos pretenden que ni se aprendan ni se recuerden ¡Pero en tu móvil puedes encontrarlo todo y en distintas versiones para contrastar!

“Hay dos fuerzas que nos ayudan a vivir: el olvido y la esperanza”. Lo decía Blasco Ibáñez. El olvido puede ser tan necesario como doloroso. Y la esperanza, tan imprescindible como sonriente. Pasado son “pasos dados”. Nos envejece atarnos a ellos. Las hojas secas caen en otoño: importan las que brotarán en Primavera.

¿Qué fotos guardas en el móvil? Seguro que te recuerdan momentos alegres y divertidos. Pero también pueden inspirar nostalgias cosa que, algunas veces, a mi me han hecho llorar…¿Por qué? Pues sencillamente porque enseñan lo rápido que pasa la vida viendo cómo aquel bebé se ha convertido en este hombre o mujer. Cuando hicimos la foto o el vídeo ya éramos conscientes de que eso pasaría ¡pero no quisimos perder aquel momento! Nunca volveremos a ser lo que fuimos o fueron. Nuestra existencia es un ahora veloz hacia un mañana probable.

Es mentira que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Lo que hay que hacer es ayudar a que el futuro lo sea. Y entender que, como decía Jonas Salk, inventor de la vacuna contra la polio que “nuestra mayor responsabilidad es ser buenos antepasados”

Recuerda aquel proverbio chino: “Si quieres vivir feliz un día emborráchate… Si quieres ser feliz un año, cásate. Si quieres ser feliz toda la vida ¡hazte jardinero!” Un jardín es lo que has plantado para hacerlo crecer ¡y así gozarlo toda la vida!

¡Gracias!

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