Y… ¿si pierdo la memoria?

Si no habéis visto la película “El diario de Noa”, en inglés “The Notebook”, con Ryan Gosling y Rachel McAdams, os recomiendo verla.

No os cuento nada sobre ella. Y si la habéis visto ya sabéis que ocurre…

Solo deciros que trata de Amor. Con mayúsculas. De un amor irrompible que empieza y no termina. A pesar de la memoria. Esa memoria que nace, crece y muere ¡pero sin morir! como cuenta la película. Porque lo que ha dado vida a la vida es inmortal. Uno se la lleva. O la dejas de legado para aquellos que has amado. O te han amado.

El amor es un invento que la Naturaleza creó para acercarnos, para reproducirnos, para llevarnos más allá de nosotros mismos. Y eso ocurre en una inmensidad de los seres vivos que llevamos en este Planeta más allá de 4.500 millones de años.

¿Habéis sentido un amor definitivo, inmortal, superviviente a todo lo que puede oponerse a él? Entonces sabréis de qué se trata y qué se siente.

“Amar es para siempre” es una serie de TV de éxito. Pero solo me quedo con el título.

“Confieso que he vivido” cuenta Neruda en su inigualable libro póstumo…

¡Yo confieso que he amado y amo! Y eso es lo que da sentido a mi existencia.

¿Qué hubiera sido de mi vida sin el Amor? Ufff No quiero ni suponer. Sin eso yo estaría pasando como un barco en la noche y sin luces.

Pero amar no es un regalo. Es un empeño que, cuando uno lo siente, cada día hay que cuidarlo, acariciarlo, alimentarlo, buscarlo si se esconde, y darle cuerda como a un reloj, o recargarlo como una batería para que no se agote.

Hay muchas formas de amar. Es dar y tomar. Todas ellas valen. Sirven. Alimentan el alma y nuestro cuerpo. Y nos llevan más allá. Al infinito, si existe. Pero ese amor único, inmediato, oportuno, definitivo, cuando aparece, lo llena todo. Como enamorado, como padre, hijo, hermano, amigo…y persona que trasciende.

Y… ¿puede uno olvidar el Amor de tu vida?

Uno puede padecer esa horrorosa enfermedad que borra nuestra memoria. Si eso me ocurriera sería mi muerte, la pérdida de mi esencia, mi absoluta inexistencia.

¡Quizás ahora pueda inventarse algo nuevo, distinto, inefable, único, asombroso…! ¡Algo que lo resuelva aunque no lo cure!

¡Quizás la IA pueda recrearme (Inteligencia Artificial o… ¡Interminable Amor!) pueda recrearme, si me pasa, para seguir sintiendo y hacer que quienes me sientan y siento lo siguen haciendo!

¡Por favor! ¡Que ocurra! ¡Inventadlo!

¡Por favor! Sería, además, lo que haría que esta Humanidad no desapareciera.

¡Ni yo tampoco! ¡Ni quienes a quien amo!

¡Amen!

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