Deseos, amores, odios…todo cuanto pienses y sientas podría ser revelado mediante una aplicación para descargarla en un móvil. Tú tendrías también el vídeo de lo que transcurre por la mente de los demás.
Lo más íntimo de nosotros mismos, nuestro verdadero yo, profundo y auténtico, sería digitalmente visible y compartido….
¿Te imaginas así la vida?
No tendría sentido ni la timidez, ni la vergüenza, ni el pudor, ni el decoro, ni el orgullo, ni el desprecio, ni el silencio….
Ni la mentira ni la verdad. Porque una cosa lleva a la otra. Y las dos existen porque existe la contraria.
Nuestra secreta intimidad es lo que nos hace humanos y lo que nos da la posesión de nosotros mismos. O la desposesión cuando surge el caos interior.
Sin ese recóndito escondite, seríamos otra cosa distinta a personas humanas. Y la sociedad que hemos contruido también.
Un hormiguero es como es porque las hormigas son como son. Y un cardumen también. Y un rebaño y una manada de elefantes y un avispero…
Hemos construido nuestra sociedad a nuestra imagen y semejanza.
Si algún día la tecnología llegara a hacer posible ese móvil, indecente e impúdico, que revelara la vida secreta de nuestras almas, LA VIDA sería invivible. Y la sociedad que hemos creado también, porque ella es como somos nosotros mismos.
Stevie Wonder compuso e interpretó «The Secret Life of Plants» (La Vida Secreta de las Plantas). La Vida Secreta de la Humanidad la componemos y la interpretamos nosotros. ¡Si todos los secretos que oculta y ocultamos salieran a la luz…! La sociedad entera es históricamente sospechosa.
¿Qué esconden los archivos del Vaticano? ¿Y la Iglesia, la institución más poderosa e influyente sobre la tierra durante siglos y siglos? ¿Y el Mosad? ¿Y Scotlan Yard? ¿Y la FED, Reserva Federal? ¿Y las sectas, hermandades, organizaciones clandestinas, asociaciones secretas, partidos políticos, grupos terroristas, empresas multinacionales…?
Cuando encuentras en un billete de un dólar la pirámide truncada con el ojo «que todo lo vé», idénticos al signo de los «Iluminati», o cuando te asomas a alguno de los documentales de «Zeitgeist», en Youtube, o al «Discurso que hizo que mataran a JFK» http://youtu.be/ru71aSygXOk o te enseñan lo que ocurre en algunos países en los que los gays tienen que ocultar lo que son… debería aparecer el rótulo «Las escenas que verás a continuación podrían herir tu sensibilidad».
¡»No hi ha un pam net»! (No hay un palmo de limpio), reza un famoso dicho catalán.
Wikileaks es una puntita del Iceberg del alma oscura que el Mundo oculta.
¿Hasta qué profundidad penetrará? Y..¿Qué destino final persigue Julian Assange, su fundador, cuyo nombre es ahora global y el valor de su notoriedad pública alcanza ya sumas enormes en dólares?
«El Watergate» se cargó a Nixon como presidente de los Estados Unidos, pero luego todo volvió a su ser. Sirvió también para que algunos ganaran millones vendiendo periódicos, aumentando audiencias de televisión, dando conferencias, entrevistas, o realizando películas… Pero el río de «la información clasificada» regresó a su cauce.
Lo que se ha vuelto a demostrar con Wikileaks, es que los contenidos y la información digitalizados son carne de cañón.
Imposible esconderlos y encriptarlos totalmente porque, como dice Luis Hernández Encinas, experto en sistemas de cifrado y descifrado, «la seguridad total es una utopía».
Siempre puede haber un «eslabón débil digital», un hacker o un cracker, o un resentido soldadito de 22 años, Bradley E. Manning, que, según el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, es quien se ha llevado en un CD los archivos secretos difundidos por Wikileaks.
Proteger los accesos ilegales a «información clasificada» es una obligación para quien debe guardarla. En U.S.A utilizar datos privados es delito federal.
Los estados democráticos son débiles y están expuestos a brutales ataques de quienes pueden usar la ventaja que les da su clandestinidad. Por eso, la «información confidencial» debería construirse como arma defensiva.
Es difícil que exista un mundo sin fronteras informativas, pero eso significa también que hay hechos que no pueden quedar ocultos a la contundencia de la ley.
Y aunque no es políticamente correcta la idea de que el fin justifica los medios, sin embargo, en la vida corriente utilizamos normalmente eso de que «hay cosas que no se pueden decir…»
Es que, las personas y el MUNDO en el que vivimos somos así de complicados.