¡O aprendes a respetar a los demás o…!

 «Yo seguiré dejando fumar en mi bar. Seré un insumiso y ¡que vengan a por mí!».

Muchas personas (fumadores y hosteleros, particularmente), piensan que la ley de «el fumar se va a acabar» es intransigente, intolerable, inasumible…

En general, casi todas las leyes sirven para prohibir algo. Cosa que resulta necesaria algunas veces ya que, de otro modo, hasta las democracias serían un desmadre.

Mi amigo León Poplasky, polaco con pasaporte americano, decía: «The Unites Estates is the country of freedom where everything is forbidden…» (Estados Unidos es el país de la libertad donde todo está prohibido…).

Sí; es cierto que nuestra sociedad padece un exceso regulatorio. Pero algunas leyes son irremediables porque obligan a respetar los derechos de los demás. Y esto o se hace por reacción natural o el palo de la ley lo pone en su sitio.

Desde hace más de cuarenta años la ciencia ha demostrado que el tabaco es nefasto para la salud. A pesar de ello, la ley que entró en vigor el 2 de enero de 2011, no prohíbe fumar. Allá cada cuál con su salud. Y quien quiera seguir pagando los impuestos del tabaco que continúe haciéndolo…

Lo que la Ley prohíbe es contaminar al no fumador convirtiéndolo en «fumador pasivo», lo que conlleva un gran coste para la Sanidad pública…

En la serie de TV  Madmen todo el mundo fuma como chimeneas. Vemos, incluso, a un ginecólogo encender su cigarrillo antes de examinar a su paciente que espera con las piernas abiertas…

Eran los “felices 60”, justo cuando comienzan los primeros avisos serios de que fumar produce cáncer.

Cada tiempo admite usos y costumbres peculiares.

Los reyes de Francia hacían sus necesidades por los pasillos y salones de palacio. Los romanos vomitaban en medio de una comilona sin levantarse del triclinio, para poder seguir comiendo. Y no hace tantos siglos que la gente, ante la ausencia de alcantarillado, lanzaba sus porquerías por la ventana al grito de ¡agua va!

Fue el 9 de noviembre de 1999 cuando quedó prohibido fumar en los aviones. ¡Sólo han transcurrido once años! Se asumió y punto.

Pero que ahora una ley prohiba fumar en los espacios públicos cerrados es otra cuestión.

 -» Con esta ley me van a hundir el negocio.”

 Tal cosa no ocurrirá. En los ayuntamientos de España se están recibiendo solicitudes de licencias para abrir terrazas con calefacción radiante, como en Berlín, Bruselas, Paris… donde las calles en invierno tienen ahora otra vida.

Algunas de estas calles se convirtieron en peatonales por decisión municipal en contra de sus airados comerciantes. Luego el tiempo demostró que fue  beneficioso para ellos.

Con todo lo discutible que sea, esta ley va a cambiar muchos usos y costumbres. Y será mejor para todos.

Guillermo Viglione, fumador de casta, decía en su columna en El Diario Vasco del domingo 30 de enero:

 – «Creo que no recuerdo colectivo más tolerante que el de los no fumadores. Durante el último siglo nos han aguantado tanto que hemos acabado pensando que no les molesta nuestro humo. O que incluso les gusta.»

Al final, lo verdaderamente importante es aprender a sentir el respeto hacia los demás. Eso es todo.

Seguir leyendo

Los ojos del alma y algo más…

Os presento a Patricia. No os voy a enseñar su foto para que podáis verla «por dentro», que es la forma más profunda de mirar a las personas. 

Ella nos mira así, con su alma, porque es invidente desde los 17 años. Ahora tiene 25, vive en Valladolid, estudió periodismo, es bloguera y su programa de radio en la Ser se llama como su blog «www.viviendoatientas.blogspot.com«.

Lo que son las cosas de la vida. En realidad he tenido la suerte de conocer a Patricia gracias a su perrita Brilyn… y a que se mueve por Internet como pez en el agua.

 – «Tal y como está la vida, la gente necesita escuchar, pensar y sentir como piensan y sienten otras personas. Lo que trato en «Viviendo a tientas» es desechar el mito de la persona ciega que sólo puede vender cupones y demostrar que hoy en día podemos hacer mucho más y vivir casi como alguien «normal».

Esto me lo cuenta Patricia en un email que me impactó. Con su permiso quiero reproducir unos fragmentos de ese email que reflejan el despliegue de su energía, la sutileza de sus sentimientos y el ejemplo de cómo hay que darle cara a la vida «sin miedo ni pereza ni vergüenza”.

“Aprendí el lenguaje Braille cuando tenía 9 años y comencé a perder vista. Fue entonces cuando me afilié a la ONCE y gracias a ellos pude seguir estudiando integrada en colegios públicos y continuando con mi vida académica, sin prisa pero sin pausa. 🙂

A los 16 ya mi vista comenzó a fallar del todo, y a los 17 perdí el poco resto visual que me quedaba. Desde entonces, he combinado mis estudios entre el lenguaje Braille y las nuevas tecnologías. Hace 2 años y medio terminé la licenciatura de Periodismo.

Y te preguntarás, «¿Y cómo lo haces?». Pues verás, existen programas denominados «sintetizadores de voz» o «revisores de pantalla», que se instalan como un software  normal en un PC, y lo que hacen, es verbalizar mediante una voz sintetizada todo lo que hay en la pantalla del PC. 

Yo puedo recorrer una página web usando el teclado y el programa me va leyendo donde estoy. Igualmente sirve para leer documentos de texto (doc, txt, pdf…) mails, msn, Facebook, Twitter… ¡todo lo que quieras!

Así pude ir estudiando la carrera, hacer mis trabajos, investigar por Internet, recibir apuntes de los profesores por mail…

Y lo mismo se aplica a los teléfonos móviles: existen revisores de pantalla, con sintetizadores de voz, que se instalan en el móvil, y te va leyendo todo lo que se ve en pantalla (la guía de contactos, los sms, llamadas perdidas…).

Es todo un mundo, ¿a que sí? La verdad es que ahora mismo las personas invidentes estamos plenamente integradas y podemos acceder sin (casi) problemas al mundo de Internet y las nuevas tecnologías.

Desde hace un año tengo conmigo a mi perrina  ¡y no sé qué haría si le ocurriese algo! Se llama Brilyn (me la dieron ya bautizada). Es una golden retriever preciosa color canela y tiene dos años y medio.

Sobre el programa de radio, es un espacio pequeñito que tengo los sábados, dentro del programa «A vivir que son dos días», de la Cadena SER. Yo entro en la emisión autonómica, y tengo mis 5 minutitos de sección todos los sábados.

La idea surgió a raíz de mi blog www.viviendoatientas.blogspot.com donde cuento cómo es la vida para alguien que no ve. Anécdotas del día a día… y sobre todo, desde que tengo a Brilyn, cómo ha cambiado mi vida el hecho de tener un perro guía. Además, cuando me topo con alguna historia que me llega al corazoncito necesito contarla.»

Nacho de Pinedo http://www.optimismodigital.com/author/nacho-de-pinedo/ diría de Patricia: «¡Es el optimismo digital elevado a la máxima potencia!». 

A mí también me lo parece.

Gracias, Patricia. ¡¡Resplandeces!!

Seguir leyendo

El Amor de mi perro

«Spot» fue un regalo que le hizo su novia a mi hijo Gonzalo.

-¡Vaya regalo envenenado! le decía yo. ¡Ya verás lo que es ocuparse de él, organizarte entre sus pises y cacas, no poder ir y venir a tus anchas, y con quién lo dejas si te surge un viaje, etc…!

Total, que «Spot» entró por la puerta de casa de mi hijo y le cambió la vida. Y, de paso, la de toda la familia.

Aquel peludo cachorro de Bearded Collie llenó de ternura el corazón de Gonzalo y de compañía sus paseos, sus escapadas de surf a Francia, su stress en las reuniones sabiendo que el perro llevaba diez horas sin salir…

Olivia y Gonzalo se casaron. Y vino Nicolás. Y «Spot» cuidaba de él como un hermano mayor.

-¿Os importa quedaros con el perro este fin de semana?
-¿Puede estar unos días en vuestra casa que me voy de viaje?
– Cuando nazca Carla, si pudierais tener a «Spot» las primeras semanas…

Total, que entre una cosa y otra, «Spot» se acostumbró a tener dos casas. Y dos dueños.

Al principio le costaba separarse de Gonzalo. Se quedaba tristón y medio deprimido. Pero terminó haciéndose a la idea. Y a que su casa, en realidad, fuera la mía. Y al revuelo de la familia alrededor. Y al disfrute de nuestros paseos nocturnos.  Y a tumbarse en el jardín como una vaca debajo de la lluvia. Y a correr detrás de sus palos y balones…

– ¡A mí me hubiera gustado reencarnarme en Spot! comentaba un amigo…

«Spot» es el perro de Gonzalo, pero también el mío. Eso lo hemos tenido claro los tres.

¿Por qué se puede querer tanto a un perro?

Yo creo que por el Amor sin reservas que te da, por la alegría de su alegría, porque te acompaña, porque responde, porque te hace sentir que te quiere, porque le importas, porque te necesita pero no exige, porque nunca está de mal humor, porque te perdona sin reservas,  porque iría contigo al fin del mundo sin preguntar, porque te lo dice todo sin pronunciar palabra… Y porque la Naturaleza ha hecho las cosas así de prodigiosas.

Esto quizás lo entiendan quienes han tenido al lado un buen amigo perro. Comprendo que les pueda parecer una idiotez a los que no.

El día de Navidad, 25 de Diciembre, «Spot» murió a las 8’ de la tarde, después de una mala neumonía y de 10 entrañables años. Gonzalo, mi cuñado René y yo estuvimos con él. Los tres días y sus tres noches anteriores transcurrieron entre la esperanza y los malos presagios.

Ahora tengo un agujero en el alma y los espacios que ha ocupado en mi vida están vacíos. Le echo de menos en todos los lugares de la casa, en todos los momentos, en todos los silencios. Pero no en mi corazón.

Hemos llorado a «Spot» más que a un amigo, porque ha sido más que un amigo.

Así de inolvidable, sorprendente y aleccionador puede ser el Amor que te deja un perro compañero.

Necesitaremos un tiempo para recomponernos de su ausencia.

Seguir leyendo