Publicado en Berriup. 18 de noviembre de 2019
Creo que fue Pitágoras quien dijo que el tiempo es el alma de este mundo…
No sé si lo es. Pero sí que es la totalidad de nuestra vida. La vida es tiempo. Y la manera de sentirlo, de usarlo, de distribuirlo…es uno de los elementos que nos diferencia a los unos de los otros.
Unos «agendan» su tiempo, otros se dejan llevar; luego están los «pre-ocupados»; y los des-preocupados; y los puntuales y los que no lo son; los deterministas, los darwinistas, los «cagaprisas», los perezosos, los procrastinadores, los que piensan en el más allá, los que se quedaron en el ayer, los que les es igual…¡Todos tenemos algo de eso porque somos personas!
El tiempo es el transcurrir de nuestras vidas ¡en plural! ya que, en nuestra vida, hay varias vidas: está la vida física, la que mide el reloj, y la vida mental, que nada hay que la pueda medir. Todavía. Y están las demás vidas, las que compartimos con los que nos rodean.
Somos verdades y mentiras. Para nosotros y para los demás. Múltiples, complejos y difíciles de entender y de entendernos ¡Incluso para los sicólogos que intentan resolver los caos interiores que nos perturban como seres pensantes.
Si entras en tu interior verás todo lo que bulle dentro de tu alma, todo lo que sueñas, supones, predices, recuerdas, te alegra, te duele, te implica, te mueve…
El tiempo no es banal. Ni inocente. Ni vacuo. Es la totalidad de lo que somos. Niños, jóvenes o viejos.
Estoy perdiendo el tiempo, estoy ganando tiempo, se me ha pasado el tiempo, qué tiempo tan inútil, no olvidaré este momento, qué suerte haber aprovechado este rato, necesito un poco más de tiempo, no me hagas perder el tiempo, déjalo para mañana, te llamo luego, cada cosa a su tiempo…
Los 34.675 días que transcurrirán si vivimos 95 años parecen muy pocos, la verdad. Y más si los comparamos con el tiempo del Universo…Somos de corto recorrido ¡pero sumamos! Como ese grano que no hace granero pero ayuda al compañero…
Hacer un plan estratégico a 5 años, planificar el lanzamiento de un producto, suscribir una hipoteca a 20 años, esperar el nacimiento de tu bebé nueve meses, organizar el viaje a Italia del año que viene…
Vivimos al mismo tiempo en distintos tiempos del tiempo. Ayer, hoy, mañana. Eso nos multiplica «la sensación de vivir», como decía el anuncio de Coca Cola…¡Sensación de vivir!
«Vivir el ahora», como dice el título del libro de Shannon Duncan, no resulta sencillo. Aunque digan que eso ayuda a ser felices…
¡Quien diga que no le preocupa el mañana ¡miente! La mente nos proyecta, nos hace mirar al futuro para crearlo. Construimos nosotros el tiempo en un movimiento perpetuo.
El tiempo es el viaje que nos vamos trazando. Un tren en marcha con algunas paradas en estaciones y apeaderos. Si no tenemos un mapa mental que nos lleve hacia uno o varios destinos, nos perdemos en el camino. O nos bajarenos en estaciones equivocadas.
Vivir es un no parar, es avanzar, seguir, tirar «pa lante», caerse y levantarse y, a veces, persistir en el error…Así somos.
Pero necesitamos nuestro mando a distancia mental para apretar de vez en cuando «stand by» y encontrar remansos de paz, tiempos muertos, silencios en el ruído de vivir cada día.
Momentos para ausentarnos del TODO que nos invade, de tantos compromisos y responsabilidades. Y oir el silencio en nuestro interior.
¡Poner distancia es terapeútico!
Estar solos nos reencuentra. Nos da paz.
¡La vida es un regalo de tiempo! Usarlo bien es una gran responsabilidad.